Acceso abierto a los artículos de revistas científicas

La globalización ha traído grandes avances científicos, económicos, sociales, sanitarios y educacionales entre…  pues bien, muchos beneficios. También ha traído, sin embargo, grandes problemas. La pandemia global por COVID-19 es uno de ellos. El acceso a la educación es otro.

Columna basada en el podcast del 20 de diciembre 2020.
1600 palabras – 10 minutos de lectura

Desde mediados del siglo XX, publicar artículos en revistas académicas se convirtió en el centro de todo conocimiento científico, volviéndose el medio de divulgación de las discusiones contemporáneas de tal o cual tema y todos los académicos de renombre debían tener artículos en las revistas más prestigiosas. Una revista científica es un “librito” que contiene varios artículos de un cierto tema: estos pueden ser neurología, filosofía antigua… nómbrese cualquier tópico. Estos artículos son dedicados a la investigación de cualquiera de aquellos tópicos y, más específicamente, a los últimos avances respecto a los temas de la revista en la que se está publicando. Con esto, se generan discusiones en la comunidad científica que dan como resultado otros artículos que defienden o rechazan tal o cual postura.

¿Por qué estoy hablando de revistas científicas y qué tiene ver con los problemas de la Modernidad? Pues, se trata de que las revistas científicas se han convertido en el medio por excelencia de divulgación científica y todo lo que se enseña en las universidades o escuelas depende de lo que se esté discutiendo en aquellas revistas. El problema es que no todos tienen acceso a estas revistas; es más: casi nadie tiene acceso a ellas, volviendo irónico su carácter “divulgativo”.

Ustedes podrían argüirme que el acceso a la educación pasa por las diferentes economías de mercado locales y que no en todos los países está este problema, pues hay algunos donde la educación es gratuita, otros donde es económica y otros, donde es cara. Pero no me refiero a este aspecto del problema —que es un problema— sino en la universalidad de la educación, entendida esta como una búsqueda de los estándares más altos. Nuevamente, nada de esto es malo en sí mismo, pero antes los académicos se remitían a un estándar local y ahora deben estar a la altura de los mejores académicos alrededor del mundo. En este sentido, la presión por publicar papers en las mejores revistas académicas del mundo es real. La publicación periódica de artículos o papers al año equivale a cierta cantidad de puntos y luego la revista en la que es publicada equivale a otro tanto de puntos. Estos puntos son ponderados en las universidades y en los Estados: el promedio equivale al ranking de la Universidad en tal o cuál área y, luego, de la Universidad como tal. Ustedes se imaginarán que el profesor que no publique artículos tiene menos posibilidades de mantener su contrato laboral antes de aquellos que sí lo hagan, los cuales acumulan más posibilidades de ganar fondos de investigación y subir en los rankings académicos. La presión por publicar artículos es tan grande, que existe una nomenclatura para ello: publish or perish —publica o perece. Esto no sólo se debe a la presión exigida por las universidades, sino entre los propios colegas. Es más, Richard Vedder afirma en un artículo para Forbes que cerca de 33.000 dólares se pierden en artículos que nadie nunca leyó y Smithsonian Magazine afirma que un 50% de los artículos jamás fue leído y cita un estudio del 2007 que afirma que un 90% jamás ha sido citado —por nadie.

Por otra parte, la industria del paper generó, según Richard van Noorden en la revista Nature, 9.4 millones de dólares de ganancias en 2011 con 1.8 millones de artículos: esto quiere decir una ganancia promedio de 5000 dólares por artículo y estima que la ganancia es de un 20-30% de ese total, con lo cual el costo de publicar un artículo sería de 2.000 a 3.000 dólares por artículo. ¿Quién paga esto? Por lo general, el lector. Aunque muchas universidades contratan bases de datos y ahí se puede acceder a muchos artículos de revista… según el plan que la universidad tenga.

Esto tiene dos consecuencias importantes, entre muchas otras. La primera, es que cada vez es más difícil encontrar un libro académico; los estudiosos prefieren publicar varios artículos pequeños en revistas para generar mayor contenido en extensos períodos de tiempo y esto, a su vez, provoca que sólo se puede acceder al contenido de cada académico a través de artículos. La segunda consecuencia es que las revistas más reconocidas en cada tema serán más caras de acceder o, en su defecto, será más caro publicar en ellas.

Hay quienes dicen que las revistas y artículos tendrán un mayor acceso o llegarán a más lectores si no se les cobra por leerlo. Así es como surgieron las primeras revistas de acceso abierto, donde le cobran al autor o a la Universidad del autor los costos de publicación. Aunque bien, no es la única forma de conseguir el financiamiento, pues hay diferentes modelos de negocio que siguen un sistema de colores: está el dorado, el verde, bronce, híbrido, diamante o platino y negro. Esta es una clasificación más o menos universal, donde el dorado consiste en que los costos de publicación los paga el autor o la universidad para la cual el autor trabaja. El color verde se utiliza cuando, además de publicarse en la revista, se publica en un sitio web como el de aquel que patrocinó el trabajo, etc., generalmente controlado por el autor mismo. Ya sea si es, como mencioné, un sitio web o un repositorio abierto, usualmente la versión que no será publicada en la revista es revisada solamente por pares y no ha pasado por el sello de aprobación de la revista o editorial. El sistema híbrido es aquel donde una revista contiene artículos de acceso cerrado y otros de acceso abierto. Estas revistas por lo general son costeadas por suscriptores y sólo proveen acceso abierto a aquellos autores que pagaron los costos de publicación. El color bronce simboliza a aquellos artículos que son libres para leer en la página del editor, pero carecen una licencia identificable. El color diamante o platino consiste en aquellas revistas que publican acceso abierto sin cobrarle los costos de publicación al autor ni al lector. Estas editoriales requieren financiamiento de externos, como son la publicidad, instituciones académicas, estatales, etc. El color negro simboliza aquellos artículos que han sido pirateados en la web infringiendo los derechos de autor y de las licencias de uso. Esto suele ocurrir cuando hay personas que comparten publicaciones que estaban detrás de un “muro de pago”. El tema de las licencias es un mundo y podría hacer un podcast o artículo de lo mismo si a alguien le interesa. Asimismo, hay algunas revistas que, antes de ofrecer el artículo completamente gratuito, sitúan un “muro de pago” por un cierto periodo de tiempo.

¿Por qué publicar en revistas de modelo Open Access? O, mejor dicho, ¿por qué priorizar la Ciencia abierta? La premisa, desde un modelo de mercado, es que sí existen métodos de financiamiento viables para las revistas de acceso abierto. Asimismo, una mayor apertura y visualización de los papers podría solucionar el problema de que la mitad de ellos no sean leídos ni citados.

“Restringir el acceso a artículos de calidad puede influir en los científicos o académicos del mañana”

Y, quizás se solucione el problema más importante: la inequidad social creada a partir de la selección de quienes pueden o no leer los artículos. Con esto voy más allá de la situación socioeconómica de cada lector: su ubicación en el mundo y dentro del mismo país en el que vive, sino también influye si acaso es un estudiante o un profesional, por ejemplo. Restringir el acceso a artículos de calidad puede influir en los científicos o académicos del mañana. Una mayor posibilidad de artículos para leer ofrece una mayor cantidad de puntos de vista acerca de un tema y con eso, una mayor cantidad de argumentos. La ciencia intenta avanzar y limitar su acceso a ella significa estancarla. Además, confinar su acceso pese a haber opciones de acceso abierto viables es priorizar a un grupo de lectores por sobre otros.

¿Por qué no publicar en revistas de acceso abierto? Hay muchos académicos o universidades que priorizan publicar en revistas de acceso cerrado porque son las que tienen un mayor renombre en el área de estudio o porque es una editorial que pertenece a una gran e importante universidad. Hay un estigma, también, con que las revistas de acceso abierto no contienen artículos importantes o de buena calidad investigativa o académica. Hay muchas quejas, también, de que el modelo de acceso abierto no es sustentable en el tiempo.

Hoy en día, muchas instituciones gubernamentales están priorizando y beneficiando a aquellos académicos que publican en revistas de acceso abierto por sobre las otras al momento de puntuar para la clasificación de ciertas becas académicas.

El acceso a artículos académicos es acceso a educación —que por las condiciones del mundo requiere de un cierto estándar— y cambiar el modelo de negocio de acceso cerrado por uno de acceso abierto puede mantener un margen de ganancia para los interesados y, además, llegar a más gente; puede tener un mayor impacto.

También, en cuanto lectores o consumidores, los invito a priorizar revistas de acceso abierto. Comenzar a desmitificar que por ser un modelo abierto son de peor calidad; en muchos lugares hay un esfuerzo económico importante para incentivar a los académicos que publiquen en revistas de acceso abierto. Apoyemos esta causa si queremos que continúe creciendo porque nos beneficia a todos.

Bibliografía

-Van Noorden, Richard. Open Access: the true cost of science publishing. Consultado por última vez el 8 enero 2021, 16:51.

-Vedder, Richard. $33,000 Academic Journal Articles That Almost No One Reads. Consultado por última vez el 8 de enero 2021, 16:55.

-Eleveth, Rose. Academics Write Papers Arguing Over How Many People Read (And Cite) Their Papers. Consultado por última vez el 8 de enero 2021, 16:56..

-Open Access Directory, Open Access business models. Consultado por última vez el 8 de enero 2021, 17:14

-Chemistry Library, University of Cambridge. What is Open Access? Consultado por última ve el 8 de enero 2021, 17:16.

Sobre el autor:

Claudia Lewis es Licenciada en Filosofía por la Universidad de los Andes, Chile.
Su afición por la cultura oriental la llevó a participar en el International Winter Program de la Chung-Ang University de Corea del Sur, cruzando los dedos para encontrarse con alguno de sus “idols”.
Es uno de los miembros de Fundación Cultura Filosófica y está detrás del proyecto Filosofía y Humor.
Generalmente, es la persona que responde sus mensajes cuando escriben al Instagram de Filosofía y Humor.
Biodegradable.

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